martes, 10 de julio de 2007

Una señal Gatuna

El día ha comenzado con una débil luz. Me levante con ropa liviana para no sufrir con el calor de la tarde. Estos primeros rayos son anhelados después de tanta lluvia, además dan una especie de incentivo para levantarse cada día. Como alguna vez leí, estudios han comprobado que los días soleados y las épocas de calor son una de las principales causas de disminución de las depresiones juveniles.

Continuando con mi relato, luego de vestirme tome un café, con una tostada. Uno de mis gatos salió a mi encuentro mientras salía de la casa , mirándome melosamente, me hizo cariño con su cuerpecito pequeño y lo restregó contra mis piernas,.... su amable mirada incluso parecía inducirme a pensar que seria un buen día.

Camino al autobús comenzó a darme frío y una nube de pronto se acercaba desde el norte.
En mala hora le hice caso a este sol debilucho pensé.

Llegando al centro de la ciudad una lluvia fina comenzó a caer , la gente corría por las calles para guarecerse de estas gotas fugaces de verano.

Poco duró esta lluviecita, llegando a la casa de Emma dieron ya las 10: 30 de la mañana, estaba esperándome para comenzar a trabajar, debíamos ir a terreno así es que entramos en calor con una taza de café mucho mejor que la que me había tomado cuando salí de casa, y además así la acompañe a tomar desayuno.

Salimos a la empresa a realizar la famosa encuesta para el estudio de mercado, allá nos esperaba el resto del equipo y además quien en buena o mala hora, se cruzaría en mi camino hace unos años atrás y seguía atormentando mi existencia hasta la fecha.

Llegamos allá, los típicos saludos cariñosos de beso en la mejilla , la broma matinal no falta y bueno la disciplina cuando debe ponerse en marcha en marcha se ha dicho.

A la hora del almuerzo ya estábamos desocupados y como comúnmente lo hacemos uno de mis compañeros propuso ir a un restaurante cercano. Esta vez la gran mayoría tenia otros planes, a excepción de mi tormento de hace años... y yo. No me quedo otra que aceptar la invitación, y para ser franca ese día anhelaba que me invitara o por lo menos quedarme a solas con el. Ya la mirada del gato me decía que seria un buen día y que algo pasaría fuera de lo común.

Es bastante ridículo guiarse por lo que un gato a uno le pueda decir, mas que el pobre no tiene un cerebro muy grande para comprender la complejidad de cosas que tenemos que vivir día a día, pero era uno de esos en que una se levanta haciéndole caso a cuanta señal no aparece, porque nadie me saca de la cabeza que no soy la única mortal que alguna vez por ejemplo le ha hecho caso a una estrella fugaz y le pide un deseo que por lo general no se cumple, pero eso hace que la vida sea un poco mas mágica y mas sabrosa. Esa es mi teoría de vida, porque los momentos se van y ya no vuelven mas , pienso que hay que disfrutarlos al máximo, hasta con un simple chocolate, comérselo lentamente hasta que se desaparezca su dulce sabor en nuestra boca. El que uno tenga sueños y deseos y luche por conseguirlos es lo que hace la vida mas apreciable, aunque eso suponga en el futuro pegarse algún porrazo y sufrir por algunas desilusiones. Pero también es cierto que si ellas no existieran no apreciaríamos los buenos momentos.

Prosiguiendo con el relato, y disculpando tanta interrupción, nos fuimos a almorzar.

Durante la comida no hablamos palabra alguna. Y es que apareció otra persona que por desgracia no era de mi agrado y claro como iba a serlo, si era su actual pareja. Y yo la estúpida no tenia idea que ya tenia a alguien. Cada beso que le daba era un martirio, y pensaba en mi interior que eso era lo que yo debería estar haciendo. No sin razón me dio mucha satisfacción que la taza de café se diera vuelta en su falda y saliera como un lince corriendo gritando como una vaca al baño, y todo gracias a un tirón en el mantel que había dado yo “sin querer”, al agacharme a recoger un arete que había caído.

Luego de esto y antes que regresara la poberella, me despedí de mi ex - tormento porque ya mis expectativas con el se habían terminado.

Y es que así soy yo, y el gato si tenia razón; algo fuera de lo común ocurriría ese día.
Fuente: ©Ingrid Aravena.-

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